La increíble odisea de Atlético Tucumán

Publicado: 10 de febrero, 2017
El modesto equipo argentino ganó en la Copa Libertadores tras una aventura que le llevó a jugar ante El Nacional de Quito tras llegar directamente del aeropuerto.Su vuelo llegó sufrió dos horas de retraso, tras aterrizar el autocar fue a 130 km/h y el equipo jugó con la camiseta de la selección argentina y las botas prestadas.

Tras el 2-2 de la semana pasada en suelo argentino, el Atlético Tucumán, que disputa la Copa Libertadores por primera vez en su historia, tenía la difícil misión de vencer a El Nacional ecuatoriano, en los 2.850 metros de altitud de la ciudad de Quito, para acceder a la siguiente fase del certamen continental. El 0-1 final, histórico para el humilde equipo de Tucumán (la más pequeña de las 23 provincias del territorio argentino), fue la gran noticia deportiva. Pero mucho más lo fue todo lo que sucedió antes del partido.


Dos horas sentados en el avión

El programa estipulado por la delegación de Atlético incluía esperar en Guayaquil y volar con el tiempo suficiente para llegar a Quito tres horas antes del partido, con la intención de atenuar los efectos de la altura. El avión que debía hacer ese trayecto llegó a ubicarse en la pista en posición de despegue, con toda la plantilla a bordo, pero a último momento arribó un aviso de que esa aeronave no estaba autorizada para realizar vuelos de cabotaje.

Lo futbolistas permanecieron más de dos horas en sus asientos, a la espera de novedades. Mientras tanto, desde Quito la directiva de El Nacional empezaba a manifestar públicamente su intención de no jugar y aferrarse a la reglamentación que habla de una demora máxima permitida de 40 minutos. Ante esto, desde el lado argentino comenzaron a pensar que se trataba de una maniobra articulada adrede. Por eso las posteriores declaraciones eufóricas de Lavallén, a quien además las cámaras de la transmisión oficial captaron gritando “¡que paren el avión ahora!”, apenas concluido el duelo.

Luego, ya más calmado, el entrenador argentino manifestó que “si te pasa en el barrio es desprolijo; si es en la Copa, que junto a la Champions es uno de los dos torneos más importantes del mundo, es muy preocupante. La Conmebol tendría que pedir una explicación y alguien del aeropuerto tendría que dar explicaciones, porque fue un momento muy confuso”.
Ya en otro avión, la plantilla finalmente partió desde Guayaquil casi a la hora estipulada para el comienzo del juego, aunque sin parte de la comitiva (varios dirigentes quedaron varados) y sin la ropa, que tampoco pudo ser cargada porque la bodega ya estaba cerrada.

El autobús, a 130 km por hora

30.000 personas esperaban en el estadio Atahualpa y quizá por eso El Nacional desistió de su actitud inicial y finalmente accedió a jugar. Pero a Atlético le faltaba recorrer el camino entre el aeropuerto de Quito y el escenario del encuentro, y esa fue otra historia, que pudo tener un final feo…

Con patrulleros de la Policía abriéndole el paso y los jugadores vistiéndose de camino, el autobús corrió a 130 kilómetros por hora por una autovía de Quito. Una locura que “podría haber terminado en tragedia”, tal y como manifestaron los propios futbolistas más tarde. Todo esto con la tragedia del Chapecoense fresca en la memoria…


Si todo esto pareciera poco, el que se encargó de armar el operativo y presionar para que el partido se jugara fue el propio embajador argentino en Ecuador, Luis Juez, que viajó en el bus con la plantilla. “No rompan las pelotas con el reglamento. Si tienen que ganar que sea en la cancha, no en un escritorio”, fue una de las frases que el político pronunció, a los gritos, en diálogo telefónico con el presidente de El Nacional.


Luego de toda la odisea, la plantilla de Atlético arribó al estadio una hora después de la establecida para el inicio. Entre ese momento y el comienzo del duelo, sólo pasaron 34 minutos.

Con la albiceleste y botines pequeños

Durante el trayecto en autobús, se gestionó con directivos de AFA el asunto de la vestimenta, dado que el sub 20 argentino se encuentra en Quito disputando el torneo Sudamericano. Por eso el conjunto tucumano lució la albiceleste y hasta debieron prestarles los botines, que en muchos casos resultaron pequeñas.

Parece que todas esas adversidades tocaron el amor propio de los jugadores de Atlético, que jugaron el partido con una entrega desmedida. El tanto de Zampedri (63’) le dio un final feliz a una historia en la que la realidad otra vez superó cualquier tipo de ficción…


Fuente: http://www.mundodeportivo.com/futbol/america/20170208/414157896271/la-increible-odisea-de-atletico-tucuman.html