Trasplante de cabeza: un hombre ruso se ofrece voluntario para ser el primero en la historia


Valeri Spriridónov, el primer voluntario para un trasplante de cabeza. Se llama Valeri Spriridónov, tiene 30 años y es programador informático. 

Si te preguntas por qué un hombre joven desea ofrecerse como voluntario, es sencillo: este muchacho padece atrofia muscular, y en poco tiempo perderá toda movilidad


Apenas tenía un año cuando le diagnosticaron la enfermedad de Werdnig-Hoffman. Su vida es una especie de cuenta atrás en la que, día a día, ve cómo su cuerpo se va convirtiendo en su propia cárcel. 

Poco a poco su médula espinal irá quedando más afectada y, aunque no le dieron muchas garantías de pasar su primer año de vida, Víctor Spiridónov lleva ya 29 años viviendo de más. ¿Cuánto le queda entonces? Nadie lo sabe, aunque lo que tiene muy claro es que nunca verá su rostro envejecido.

 El cirujano y artífice de este proyecto y quien llevaría a cabo su trasplante de cabeza sería el neurocirujano Sergio Canavero. Según él mismo le explicó a Víctor, las personas que sufren atrofia muscular espinal tienen prioridad en este tipo de operaciones.

 Te sorprenderá saber que fue el propio joven quien se puso en contacto con él tras haber encontrado información en internet. Su familia aprobó su idea y, a día de hoy, el trasplante de cabeza se convierte en la única esperanza de este programador ruso.

"Tengo miedo, desde luego, pero no tengo otras opciones. Este experimento es el equivalente al vuelo de Yuri Gagarin y yo me siento ilusionado, a pesar de saber que puedo morir en la operación." Víctor Spiridónov

“El trasplante de cabeza es posible” Sergio Canavero
El Dr. Sergio Canavero es neurocirujano en el hospital turinés Molinette, y en junio de este año expuso una vez más su idea en en la Conferencia anual de la Academia Americana de Neurólogos y Cirujanos Ortopédicos, en Maryland (Estados Unidos).

 Las ideas básicas serían las siguientes: En 1970 se llevó a cabo un trasplante de cabeza en un chimpancé, pero no salió bien. El animal no podía moverse. ¿La razón? la médula espinal no se unió bien y el animal falleció al poco.

Lamentable, no hay duda. Según explica, a día de hoy sí tendría éxito. Las partes seccionadas de la médula espinal quedarían perfectamente unidas gracias a una sustancia química descubierta llamada polietilenglicol. Se necesitará, como ya puedes suponer, un donante.

Una persona recién fallecida que aportara su cuerpo a la ciencia, al igual que se viene haciendo con el resto de órganos. Según explica Sergio Canavero, necesitaría 150 personas para llevar a cabo la operación También necesita la aprobación de un comité ético, y diez millones de euros para crear el laboratorio adecuado.

La operación duraría 36 horas. Y, aunque no lo creamos, todo ello podría llevarse a cabo dentro de dos años, el suficiente para poder ofrecerle a Víctor Spiridónov una nueva oportunidad.

El propio científico nos comenta que antes de la operación habrá que inducir al paciente a un estado de coma, para después, implantar en la espina dorsal unos electrodos que estimulen la creación de nuevas conexiones nerviosas.


 Tras esto, se procederá a unir la espina dorsal de la cabeza con la del cuerpo receptor. Un proceso tan complejo como laborioso donde se usará la sustancia química antes nombrada. Con ella, todo quedará unido. Por último se procederá a suturar los músculos y conductos sanguíneos.

 Si todo va bien, el paciente tardaría algo más de un año en volver a andar, tiempo durante el cual el cerebro debería habituarse a regir a ese nuevo cuerpo. Ahora bien, también existiría otro problema… ¿Aceptaría la propia persona ese cuerpo extraño? ¿Lo vería como suyo? La complejidad puede ir más allá de los nervios y una médula espinal.

También nuestra conciencia debería hacer frente a ese reto. Veremos entonces cómo avanza el tema.

Fuente: mejorconsalud.com